viernes, 18 de septiembre de 2009

%100 FRACASO




River perdió 1-0 frente a Lanús en el sur y quedó eliminado de la Sudamericana. Así, en este 2009, consiguió su segunda eliminación copera en primera fase. Además concibió un Clausura paupérrimo y el Apertura actual lo encuentra a ocho puntos de la cima cuando apenas se jugaron 4 fechas… Fracaso rotundo.
Los carteles que desplegaron los hinchas de Lanús cuando promediaba el segundo tiempo, definieron a la perfección la era de Néstor Gorosito como técnico de River. “100% fracaso”, sentenciaron esos letreros, mientras en la cancha el conjunto millonario naufragaba en otra competición internacional bajo una lluvia torrencial y ante 4 mil hinchas como testigos del fin de un ciclo.
Sí, porque pese a que aún le quedan tres meses de contrato y por más pelotas que tenga, ya no hay nada que pueda mantener a Gorosito más allá de diciembre. Es que a lo largo de este 2009, este cuerpo técnico demostró y ratificó que el puesto le quedaba inmensamente grande desde antes de asumir. Prueba de ello ofrecen un sinfín de indecisiones y los resultados, dentro de los cuales se acumulan dos eliminaciones coperas en primera fase y dos torneos locales en los que jamás estuvo cerca de erigirse como candidato.
Cómo será, que en el Apertura actual se ubica a ocho puntos de Rosario Central cuando apenas se jugaron cuatro fechas. Y ni hablar de la Libertadores, de la que se despidió en la fase de grupos, luego de compartir zona con Nacional de Montevideo, Nacional de Paraguay y San Martín de Porres de Perú… Por eso, no llamó la atención que River anoche saliera a jugar contra Lanús sin siquiera aparentar que se trataba de un equipo necesitado de ganar por al menos dos goles de diferencia para clasificar a la siguiente fase de la Sudamericana.
Y esa falta de actitud no sólo se manifestó desde el campo de juego, si no también desde afuera, a través de un técnico millonario que -ajeno al sufrimiento de la gente- besaba a jugadores rivales cuando se acercaban a su lateral, se reía de las (increíbles) decisiones arbitrales de Beligoy o les pedía calma a los jugadores, mientras Salcedo sellaba la suerte de River en la Copa. Suerte que en realidad no lo acompaña desde hace mucho tiempo, y mucho menos desde la llegada de Gorosito, el fracaso en persona.

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